Arte y dolor. Dolor y arte

(Tiempo estimado de lectura 8 minutos. Más larga por su contenido y las imágenes).

            Con esta nueva entrada, más larga de lo habitual y lo son, pero el tema me ha cautivado, realizo un pequeño parón, más que necesario, de verano. Comentando con otros pacientes de neuralgia que este año está siendo más duro y difícil, aunque no haya ninguno bueno.

Como es habitual, me gusta explicar el porqué del tema que elijo, y el que ilustra los siguientes párrafos se adentra en el arte. Uno que trasciende el mundo fenoménico (es decir, las experiencias conscientes) y casual, y ello sucede a través de la experiencia estética, superando la pura objetivación inmediata. Y es que, ante una obra, ya sea musical, poética, escultórica, pictórica… el espectador busca o intenta descubrir su esencia íntima.

Este tema, el arte y su expresión artística en el dolor, me lleva rondando tiempo en la cabeza. Escribir, la literatura concretamente, es una forma más de la que disponemos para mostrar lo que nos hace sufrir y cómo lo soportamos.

Ahora bien, con esta entrada quisiera adentrarme en algunas de las demostraciones artísticas que han pretendido reflejar el dolor o el sufrimiento en alguna de sus expresiones.

Sería imposible abarcar todas ellas, dado que, sin duda, el dolor como tal es uno de los temas más fecundos en el ser humano artista, tanto a la hora de reflejar el dolor ajeno o el propio.

(Santiago Ydañez, 1969. Sin título, Museo nacional de Escultura,

para mí representa la vulnerabilidad y

aquello que no se ve y tenemos incrustado en nuestro cuerpo).

Quien ha estudiado la relación del arte con el dolor, apunta que este es uno de los temas que tiene mayor predominancia y no importa si el sujeto es un artista o no, ya que en algún momento, y de manera inevitable ha conocido o experimentado el sufrimiento. De esta manera, el arte se convierte en un medio más de comunicación y expresión del anterior.

También podemos pensar en que la arteterapia puede convertirse en un medio de expresión y apoyo para exteriorizar los sentimientos, en una comunicación no verbal, al igual que se conoce con la musicoterapia.

Pues bien, ante esta tesitura al final de la entrada recogeré algunas referencias y enlaces a otras obras, blogs y materiales con el fin de que el lector pueda acercarse, si así lo desea, a otros testimonios y obras, dado que no puedo abarcar todo. Ya sean las obras clásicas o las contemporáneas, todas han querido plasmar el dolor, en el plano físico, emocional, moral o social.

El empujón para escribir estas líneas me la ha dado escuchar una magnífica conferencia del director del Museo Thyssen, D. Guillermo Solana que lleva el mismo título: “Dolor y arte”.

Tengo una amiga, Mª José Parra, paciente de dolor crónico lumbar que, igualmente, mantiene un blog, Colorear con dolor, y a la que el arte, y sobre todo ver y escuchar las conferencias del citado director u otros expertos le ayudan con su dolor (un ejemplo claro de arteterapia).

Así pues, preparando estas líneas he podido comprobar que hay grandes expresiones en el arte, el cual se encuentra repleto de alegorías al dolor tal y como le conocemos.

(Estas son otras alegorías de la fortaleza, templanza, prudencia y caridad, Anónimo, hacía 1575, Museo nacional de escultura) Las dos primeras muy presentes en la vida de cualquier paciente de dolor)

A su vez, la medicina es una ciencia, esta te hace un profesional de la salud, y al tiempo es un arte, el de curar y diagnosticar. Y lo más destacable, el arte posee la facultad de ser considerado como una salida al potencial transformador del ser humano.

¿Cuántas expresiones artísticas existen sobre el dolor? Incontables y en todas las épocas y géneros. No solo en la pintura, la escultura, la música, la poesía, el teatro, etc. Por ejemplo, el nacimiento de este último, unido a la tragedia griega de Medea y Electra, en las que se usaban máscaras elaboradas de corcho o lino con la intención de expresar dolor o tristeza. Sin olvidar el mito de Prometeo, que fue castigado por Zeus, al entregar a los hombres el secreto del fuego divino, a una condena de ser encadenada y un buitre a diario le devoraba el hígado que volvía a crecer.

(Prometeo encadenado, de Rubens y Snyders. Propiedad del Philadelphia Museum of Art, en el Museo del Prado)

Evidentemente, el dolor ha sido y es un tema muy fecundo para cualquier artista, más si éste al tiempo es un doliente. Imagino que cualquier paciente ante algunas obras puede llegar a apreciar si su autor sufría algún padecimiento o no, o lo indague (por ejemplo, es el caso de Renoir, entre otros, que con su artritis se ataba los pinceles a las manos. Rachmaninov tocaba el piano porque le aliviaba su neuralgia del trigémino.). De hecho, por lo que he podido consultar para elaborar esta entrada el arte contemporáneo es un claro exponente de esta realidad.

Cuando un artista desea representar el dolor no lo hace como algo ajeno a él, entiendo que se identifica con lo que crea. Más allá de la expresión artística del dolor, no olvido que, para nosotros, los pacientes es algo que se percibe, se siente, existe y es real.

A la hora de recoger las exteriorizaciones que reflejan mejor el dolor, es difícil elegir, por lo que acudo a dos de las utilizadas por D. Guillermo Solana en la citada conferencia. Él se centró en estas tres: el signum crucis (el levantamiento de brazos), las lágrimas y el grito. La primera es muy interesante y os dejaré un ejemplo poco conocido de este símbolo, pero he optado por centrarme en dos: las lágrimas, el grito, y añado la tristeza.

En la medida en que son tantas las expresiones artísticas, así como las obras que he podido consultar, algunas de las fotografías que van a ilustrar esta entrada son del magnífico Museo Nacional de Escultura de Valladolid. Acudo a él como homenaje a mi ciudad y para animaros a visitarlo.

(Interior del claustro del Museo nacional de escultura de Valladolid, foto propia)

Comenzando por la primera de las expresiones elegidas, las lágrimas, y que tan bien conoce el doliente o cualquier otro espectador, algunas no parecen que estén en la obra y toca acercarse a ella.

No cabe duda que llorar es más que una función fisiológica, de liberar estrés y ciertas hormonas (liberan oxitocina y endorfinas). Tanto si estás alegre, triste, en pleno duelo, ante un dolor agudo o como sabemos bien, ante un sufrimiento que no cesa. Así pues, las lágrimas no quedan relegadas al dolor físico en sí (agudo o crónico) o al emocional, surgen, de igual manera si estás alegre, ante la impotencia o el enfado, en los duelos, por las expectativas frustradas y un largo etc.

«Llorar puede ser una manera importante de comunicarse y conectar con los demás», dice Daniel Coletti, psicólogo clínico.

Como paciente de dolor he comprobado que ante una crisis muy fuerte mis lágrimas están contenidas, se produce una represión involuntaria, porque todo mi cuerpo y mente se dirigen a soportar. Solo brotan sin parar cuando el dolor disminuye un poco o me comunico con alguien, buscando el necesario apoyo y ayuda. Con el paso del tiempo llegan otras, las lágrimas secas, aquellas que te inunda el alma, el ánimo.

«Las lágrimas las derramamos por dentro, al menos yo, y por fuera cuando no nos ven, dado que no quiero dañar a quienes me quieren y ya no saben ¿qué hacer o decir?» El dolor sí tiene nombre, p. 129.

Leonor Pérez de Vega.

He podido contemplar lágrimas en piezas de pintura clásica y moderna, así como en escultura, pero solo si nos fijamos con detalle. En el anterior enlace hay una buena recopilación de obras. Las siguientes son de pintura y escultura, es preciso acercarse a ellas para contemplar las lágrimas.

(Llanto sobre Cristo Muerto, de Juan de Borgoña, hacia 1535, óleo sobre lienzo y una de las figuras del Santo entierro de Juan de Juni, madera policromada, hacía 1540, Museo Nacional de Escultura de Valladolid)

En lo que se refiere al grito como expresión de dolor cabe señalar que junto a las lágrimas son las manifestaciones a las que se suele acudir en el arte. Quién no recuerda de pequeño cuando te has hecho una herida gritar de dolor y llorar, o los animales con sus aullidos.

En general, el grito suele ser más propio del cuadro de dolor agudo, sin que por ello quede al margen del resto de dolores, ya sean físicos o emocionales. Pensemos por un momento en el dolor social por el abandono, la exclusión, la incomprensión…

En mi caso, los gritos son sordos, porque en el dolor facial estos elevan el umbral al estar tan relacionado con los nervios dañados en la boca. A veces medito si sería necesario gritar más, no por uno mismo, también para que esta sociedad atienda o perciba el dolor ajeno. En definitiva, lo escuche por un momento ante la invisibilidad e incomprensión del mismo.

El arte es en sí mismo una forma de gritar el sufrimiento. Bajo el mismo subyace el lamento humano que busca la salida desde lo más profundo. Un grito intenta plasmar en todo o parte el sufrimiento que lo nutre, sacar lo que te inunda y no puedes soportar más.

Al igual que llorar, quién no ha gritado y después ha sentido un alivio. Recuerdo algunas sesiones de terapia de grupo en las que gritábamos a un cojín. En mi caso, a  mi rabia contenida o a la ansiedad.

Los gritos en el arte se asemejan al dolor. ¿Por qué? Porque no logras escucharlos, de igual manera que el dolor resulte invisible a los ojos de los demás. Observamos una pintura o escultura (la mayoría seguro que tiene en mente un cuadro, El grito de E. Munch), y no escucharemos nada.  ¿Significa que ese grito no existió? Son gritos mudos, como los que hago a menudo a Morfeo por las noches, o a mi dolor para que pare un poco. Sin embargo, algunos sí los escuchamos, pues en nuestra alma habita tanto sufrimiento y nuestras bocas desean vaciar un poco o algo de tanta angustia y dolor retenidos.

(Anima dannata» y fue esculpida en mármol por Bernini en 1619, copia en el Museo nacional de escultura, en la Casa del sol).

Cuando observamos a alguien gritar inmediatamente nuestro cerebro responde en modo de acudir en su ayuda. Si lo llevamos al campo que aquí conocemos, es decir, un paciente que grita, a veces, es tildado de quejica, o siente que su dolor no resulta validado. Aprecias que el grito resulta estéril, a pesar de que para el doliente es necesario y al final lo hace en silencio.

¿Nos hemos acostumbrado a los gritos? Solo con ver los informativos, las guerras, la violencia contra mujeres y niños, los inmigrantes fallecidos…

El grito en cuanto expresión artística pretende reflejar al ser humano en su esencia, al igual que lo hacen las lágrimas. No obstante, en el grito existe cierta censura. ¿Valoramos más unos gritos que otros? Desde la visión del arte es preciso apuntar que esta es la idea materializada en una obra, con sus emociones. Y es que el arte, sin duda, favorece o empuja a exponer las relaciones emocionales de quienes disfrutan de él o lo realizan.

«El artista es un receptáculo de emociones que vienen de todas partes: del cielo, de la tierra, de un trozo de papel, de una forma pasajera, de una tela de araña».

Pablo Picasso

Cuando contemplamos una obra, ocurrirá lo mismo, si eres doliente o no, observarás unos detalles u otros, y quizá te identificarás con lo expresado o no. Si pudiéramos subir el volumen de algunas obras llegaríamos a valorar o escuchar el dolor acumulado en ellas.

(La primera es una máscara que se ha usado en el teatro, como antes he expuesto, y es un parte del gran retablo de la Iglesia de San Benito el Real, que se alberga en el Museo nacional de Escultura de Valladolid. Las mujeres corresponden a una parte del Santa sepulcro de Jerusalén realizado por Niccolò dell’Arca, en la iglesia Santa Maria della Vita, Bolonia (1463-90). En este caso María Magdalena, María Salomé. Y la Cabeza de Montserrat gritando (1942), del barcelonés Juli González, en el Museo nacional de arte de Cataluña.)

Finalmente, queda por hacer alusión la última expresión elegida, la tristeza, ya que estimo que el artista expresa a través de su obra aquello que siente y al tiempo desea generar unas emociones.

No obstante, es preciso partir de esta premisa: la tristeza en el arte es diferente a la de la vida cotidiana, se busca el paso de la emoción al reflejo o interpretación que se hace de la misma y darle creatividad.

Charles Darwin, en su libro La expresión de las emociones en el hombre y en los animales (1872) la consideraba a la tristeza como una de las emociones básicas más útiles del hombre. Resulta adaptativa y la conocemos muy bien los dolientes. De ahí que grandes artistas hayan acudido a ella para expresarse, sin confundirla con la depresión, en cuanto enfermedad. La cual también posee su propia expresión artística.

Como ha explicado Enrique Rojas (Cómo superar la ansiedad, temas de hoy): «la tristeza normal produce la lucidez del perdedor, la nitidez de la distancia y una mirada hacia el futuro. La tristeza depresiva es el ánimo embotado, a la baja, y mirando hacia el pasado. La primera reinventa la vida, la segunda sabe a derrota sin remontada».

(Maria Magdalena, de Pedro de Mena, Museo Nacional de Escultura).

Mientras, para Antonio Cano, catedrático de psicología de la Universidad Complutense y presidente de la Sociedad Española para el Estudio de la Ansiedad y el Estrés: «En la psicología actual se tiende a rechazar las emociones negativas, porque, supuestamente generan malestar. Pero la vida no puede ser totalmente neutra. Yo no puedo decir: ‘no me afecta nada’. Al contrario, hay que aprender de la situación traumática. Sin tristeza no sobreviviríamos, no nos daríamos cuenta de que estamos en una situación de peligro. La vida no es sólo felicidad, no es sólo risas».

Por ejemplo, en la música cuando escuchamos una canción u otra pieza musical esta despierta alegría o tristeza, el equilibrio o la placidez. Igualmente, cuando estás frente a una obra de arte estimo que algo resuena en nuestro interior. Recuerdo ver a público durante bastante tiempo contemplado una obra. Quizá esperan escuchar los ecos de su autor. Considero que la tristeza es una de las emociones más sencillas de expresar en el arte, ligada o muy relacionada con las lágrimas anteriores y, a su vez, con todas las expresiones faciales, gestos o lenguaje corporal.

Además, el arte recoge la tristeza con expresiones faciales, gestos o lenguaje corporal, pero también se hace según la composición de la obra misma, de los colores que se utilizan (la época azul de Picasso, que se menciona en el siguiente párrafo), del tema que se elige, de los objetos, de lo que el propio artista quiere arriesgar al salirse del arte académico y buscar nuevas formas de manifestación como en el arte de las vanguardias, por ejemplo:

(Llanto sobre el cristo muerto, Esteban Jordán, tercer cuarto del siglo XVI, Museo nacional de Escultura, Valladolid (Llanto y tristeza).

Charles Le Brun en Caracteres de las pasiones humanas, 1750, elaboró un catálogo que sirviera de guía para otros pintores, y fue muy usado hasta el Siglo XIX. Con la llegada de las teorías de Sigmund Freud, el subconsciente humano se filtraría en el arte.

A mi parecer, la tristeza se puede mostrar de varias maneras en el arte, si bien una muy significativa son los ojos. Buscar esa mirada perdida o huidiza. Según algunos expertos en arte, y leyendo la psicología de las emociones, se considera o atribuye al color azul como el que mejor refleja tanto la melancolía como la  nostalgia, apatía, tristeza y pobreza. De ahí surge el conocido como periodo azul de Pablo Picasso.

(Mujer melancólica de Pablo Picasso (1902)

Entre las artes, quizá sea en la poesía donde podemos vislumbrar mejor la tristeza, o en el teatro con su tragedia.

«Puedo escribir los versos más tristes esta noche / pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido». Es el lamento de Pablo Neruda

Es preciso diferenciar la emoción de la percepción en cuanto a la tristeza, dado que no siempre son coincidentes. Puedes observar la tristeza en una obra y el artista ha querido trasmitir otra emoción. En este caso, nuestra percepción no deja de ser un elemento más de la contemplación artística y donde surge la experiencia estética. Al igual que escuchamos una pieza musical y nos embargan las lágrimas o la alegría, puede que con el tiempo superemos esa emoción, y a otros no les suceda. El doliente y su mundo emocional están en relación concomitante con el arte.

En el Elogio de la melancolía de Eric C. Wilson se puede leer: «Es posible que no estemos lejos de acabar con la musa que ha inspirado una gran parte de las bellas artes, de la poesía, de a la música: aniquilando la melancolía. En cambio, la obsesión por la felicidad podría conducir a la extinción súbita del impulso creativo».

No he acudido a la señalada al principio el signum crucis o levantamiento de manos que se utiliza en algunas conferencias, pero sí les dejo una escultura que poco se conoce y está en el citado Museo de escultura y es el de una mujer.

(Santa Eulalia, Luis Salvador Carmona, Museo Nacional de escultura de Valladolid)

Estas son algunas de las expresiones artísticas relacionadas con el dolor y sin duda existen muchas más. Por eso le dejo al lector algunos enlaces. Enlaces, porque alguno echará en falta a la obra de Frida Khalo y en los enlaces está.

Como indiqué al inicio, regresaré en otoño con nuevos temas, y si me sugerís alguno encantada. Feliz verano y que el dolor sea benevolente.

Ante de finalizar, quisiera dar las gracias a los seguidores y lectores de este blog, porque hace unas semanas llegó a las 100.000 visitas.

Cuando abrí esta ventana virtual, nunca pensé que pudiera tener este tráfico de visitas. Son seis años y espero continuar, dado que escribir me ayuda, es mi particular terapia y al tiempo con el deseo de acompañar a otros pacientes de dolor o no.

No quisiera cerrar esta entrada sin recordar al compañero de la plataforma de Facebook, que nos dejó hace unos días. Sobre ello escribí una de las entradas más importantes y necesarias para dar visibilidad a esta enfermedad y su dolor. 

8 comentarios sobre “Arte y dolor. Dolor y arte

  1. DEP🖤 y dicen que dolor no mata pero…😔

    Muy buena entrada, seguro que nuestra manchega va a disfrutarla. Ha sido un acierto añadir la tristeza a la lágrima y al grito, pues estos últimos pueden ser de alegría y el dolor, al menos en mi caso, trae poca.

    De todas las obras presentadas me quedo con la de Santiago Ydañez, del año en que yo nací y representa lo que yo siento ahora mismo en mi pie😖.

    Toca esperar al otoño para leerte nuevo. Deseo de corazón que la bestia se comporte este verano y te deje disfrutar algo🙏. Por último, agradecerte el esfuerzo que haces por dar visibilidad al dolor🫂❤️💋

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    1. Mi muy querida amiga y compañera Vero siempre tan fiel y acertada.
      La imagen del pie me pareció muy ilustrativa. Igualmente, elegir la tristeza me ha parecido mejor que el levantamiento de brazos. Esta vez he disfrutado escribiendo al contemplar, ir al museo, buscar las lágrimas, gritos y esa tristeza. Me he dado cuenta que el arte y su contemplación puede ayudar, como le ocurre María José Parra. Ojalá la Bestia pueda dejarme un poco en paz, o al menos a un nivel que ya estás acostumbrada para seguir. Un abrazo amiga🫂🫂💚😘.
      #JuntasEsMejor.

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      1. Buenos días Leonor soy Fran el arte y el dolor desgraciadamente el arte es más arte cuanto mayor dolor exprese es muy duro pero creo que no me equivoco si que podemos ver la belleza en el arte en los cuadros de Vincent pero si nos vamos a cuadros de pintores españoles podemos observar que es más representado el dolor que el bien que la felicidad y si entendemos arte en sentido amplio ya no en pintura sino estructuras monumentos incluso desde lo más antiguo de nuestra existencia que nace desde el dolor desde la discapacidad incluso a nivel cristiano es decir Jesús se postra con mucho dolor en su traslado y después cuando es crucificado y así los posibles dioses o personas a seguir de diferentes religiones oh incluso sectas, cuanto más dolor hay más seguimiento se atrae
        únicamente de concursos de libros ya no novela histórica pero por ejemplo en pulitzer como premio de fotografía o como Premio de literatura normalmente se otorgan a las imágenes o libros que nos traslada más dolor o mayor superación entonces en ocasiones a mí me viene la cabeza que el arte entre comillas no existe sin dolor porque desgraciadamente el dolor es lo que lo que da la iniciación al arte
        Es mi forma de de pensar me encanta el arte en todas sus facetas o en ese sentido amplio o amplísimo porque para mi arte puede ser incluso eh la construcción de un edificio de una casa de un jardín pero el arte más más vendible más llamativo que conlleva más seguidores es todo lo que identifica el dolor, el dolor desgraciadamente es arte y aunque no podamos decir que el arte es dolor pero el arte que atrae más es el que más dolor lleva lo siento Leonor y y amigos y compis lo dejó caer
        Me ha encantado Leonor ese escrito ese comentario esa reflexión como lo quieras llamar lo que has hecho tú realmente precioso con menciones a libros a hemeroteca al arte en sí desgraciadamente eh tú me das 50.000 patadas a mí y efectivamente cuando ves dolor detrás hay algo de arte no sé gracias a ti gracias a todos los que estáis con Leonor en Twitter y que una pequeñísima parte os tengo controlados decir que incluso Leonor eres arte en este caso tu arte es el de la superación el de trasladar ánimos una sonrisa tú nos haces creer que podemos acceder y tú eres uno o para mí el más grande ejemplo para poder seguir y tu libro tus palabras tus frases, Iris tu sonrisa Mayte Ángela María Sergio Syl Leocadia Ovejero Joan Carles fibro dolor neuropatías chron incapacidad los 309 etc etc etc sois mi ejemplo para este camino de Santiago que también puede ser arte, en mi caso, dándoos a conocer cada día una parte de esta Galicia, gallegos de los que recibo muchísimo arte porque el cariño el abrazo los dos besos también son arte y en este caso del positivo

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        1. Querido Franc, compañero y amigo no puedo añadir más a tu gran exposición porque ya lo has dicho todo. Tristemente, el arte es dolor, y para nosotros es tiene esa doble visión o más expresiones. Suscribo cada una de tus palabras. Hay arte en cada objeto, como queramos verlo o contemplar. Un gran abrazo.🫂🫂❤️

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  2. Leo, me ha encantado la entrada y la he disfrutado. Muy bien armada reflejando cómo se expresa el dolor en el arte y cómo éste nos puede ayudar a sobrellevar esta vida nuestra de dolientes.

    Muchas gracias cómo te ha dicho Vero visibilizar el dolor crónico.

    Ojalá y éste nos deje disfrutar algo éste verano. Un gran abrazo ❤

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  3. Muy interesante y bien abordado el tema, hasta podría ser objeto de una tesis doctoral sobre arte y dolor para visibilizar a las personas dolientes a quienes, quizás no amamos o no les visiblluzamos nuestro amor como útil paliativo de su triste dolor. Con afecto a mi querida María de la Lastra

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    1. Gracias Luis por tus palabras. Me alegra que te haya gustado esta entrada y sí creo que da para más. No estoy para una tesis, ya la hice, pero quizá se pueda utilizar para algún reportaje o revista. Lo estoy intentando, pero exigen unos requisitos que ahora no tengo o no estoy en disposición de realizar. Todo se andará. Un saludo, Leonor.

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